Todo comenzó de la manera más tonta. Vi en una de esas “frikie páginas deportivas”, en algún blog del mundo del deporte, en instagram, en varios sitios y varias veces, un reto. Hablaba de treinta días de sentadillas que iban aumentando en número cada día dificultando así cada vez más el reto hasta llegar al ansiado “CULO PERFECTO” el día treinta (digo lo de ansiado por mí, porque sobre gustos, los colores y a lo mejor alguna prefiere un culo plano y caído :P)
Al principio pensé: “lo que llevo yo alimentando este culo toda la vida, las estrías de engordar y adelgazar, que a partir de los 30 empezó a caer “eso”… vamos, ¡no me jodas!, ¿todo eso podía cambiarlo en 30 días y yo sin saberlo? No terminaba de creerlo, pero los testimonios de la gente, las fotos y demás hicieron que me planteara probarlo yo misma. Cosas más raras y entrenamientos más absurdos había hecho a lo largo de mi vida.
Y la foto del típico “culazo”… estas imágenes se me repetían cada día cuando iba a entrenar y me daba la vuelta y me miraba el culete en el espejo... Con mis 33 años, ¿llegaré algún día a tener ese pandero de cine?
Colgué la foto para compartirla en Facebook a ver si alguien se sentía atraída como yo por el reto. Escogí de todos, el más completo y duro. Pensé: “cuantas más sentadillas haga, más cerca estaré del culo 10” (ingeniua jajajaja pero ilusionada y motivada).
Fue un domingo cualquiera (bueno, cualquiera de MIS domingos, que no el de cualquier persona, osea de fiesta y con 4 cervezas encima, el caso…) Cuando colgué la foto animé a mis amigas a que lo hiciéramos, pero cuál fue mi sorpresa que tomando cañas y un poco contentas empezaron a animarse y decirme que lo harían y que compartirían conmigo esta experiencia y colgarían sus fotos haciéndolo en casa o el gym.
Etiqueté en la foto a mis amigas de Madrid, Marbella, Barcelona… la foto empezaba a tener éxito y se animaban amigas y amigas de amigas… “El reto de las sentadillas” estaba naciendo, e incluso muchas mujeres que no habían hecho una sentadilla en la vida, qué leches, que me preguntaban qué narices era una “sentadilla o squad”, se animaron a hacerlo.
Lógicamente, donde se juntan tantas mujeres siempre hay HOMBRES cuales rapaces comentando y deseando ver carne. Nos animaban a colgar fotos de nuestros “culillos”… Así que para evitar el intrusismo masculino y con el fin de vivir la experiencia del reto con material gráfico y pudiendo anchamente colgar las fotos que nos diera la gana nació nuestro grupo:
No dudé un segundo en cuál sería el nombre, y desde entonces ha sido cómo nos hemos hecho llamar... de mis noches de fiesta con mis amis, de mis días de entreno, de nuestros fracasos amorosos, siempre nos hicimos llamar así. Y ese tenía que ser el nombre del club.
CLUB ESPARTANAS
Desde entonces ¨MIS CHICAS" han sido un ejemplo para mí. Me han hecho sentir importante y querida, y me han hecho creer de nuevo en lo que hago, en lo que realmente me gusta. Me han motivado tanto que he vuelto a entrenar en serio, cada día me levanto a las 7am para llegar a mis clases de crossfit. Cada día me supero más y más...
He encontrado un equipazo de mujeres que me dan lecciones cada día, sobre la vida, sobre cómo ser madres, mujeres emprendedoras, amigas...
Aquí empezó un sueño, que se hizo realidad. Y luchando cada día por apoyarnos, animarnos en los días malos o cuando no tenemos ganas de ir al gimnasio o hacer dieta, ahí estamos, siempre hay una espartana que saca su fuerza para alentarnos con palabras de consuelo y motivación.
Somos importantes, tan importantes que hasta hemos salido en Cosmopolitan
:) somos un fenómenos social,¨coachers en la red¨... pero lo más importante es, que somos lo que queremos ser... únicas y diferentes pero unidas por la misma motivación: estar vivas!!
Aquí os dejo un poco de lo que ha sido el fenómeno, aprovechando para dar las gracias a todas esas grandes mujeres que estáis en el equipo, en mi vida.
Gracias por enseñarme, cuidarme y animarme cada día.
OS ADORO